La unción de los enfermos es un sacramento de curación que consiste en transmitir la gracia de Dios, el consuelo y la fortaleza a las personas enfermas de gravedad (no necesariamente en peligro de muerte). El ministro es el sacerdote. El sacramento está dirigido a cualquier persona bautizada que se encuentre enferma, incapacitada o en peligro de muerte.
Significado de la unción de los enfermos
El sacramento de la unción de los enfermos transmite la presencia de Cristo. Brinda fortaleza y consuelo en la enfermedad, da paz de conciencia en el lecho de muerte y otorga el perdón de las culpas para la vida eterna.
El signo visible del sacramento (materia) es la unión de los Santos Óleos, que consiste en aceite de oliva bendecido que se aplica sobre el sujeto haciendo la señal la cruz.
La oración que sella el sacramento de la unción de los enfermos es: «Por esta santa Unción (se unge el aceite con la señal de la cruz) y su benignísima misericordia, te perdone el Señor todo lo que has pecado por medio de la vista, el oído, el olfato, el gusto y la palabra, el tacto, el andar. Así sea».
Fundamentos bíblicos de la unción de los enfermos
Las bases de este sacramento se registran en los pasajes bíblicos según los cuales Jesús atendió a los enfermos. Para la Iglesia católica, Jesús hizo sentir la presencia de Dios al confortar y sanar a los enfermos (ver Marcos 6,13; Lucas 13, 12-13).
Por otra parte, la Carta de Santiago instruye sobre asistir a los enfermos para llevar sanidad física y/o espiritual, signos de la gracia divina (Santiago 5,14-15). Otras referencias son: Hechos de los Apóstoles 9, 17-18; Primera Carta a los Corintios 12, 9.